domingo, 7 de febrero de 2010

Lleno, por favor

Me niego, rotundamente, a creer que estamos vacíos. Ni mucho menos, todo el mundo, hasta el más sospechoso de no guardar nada dentro, está cargado de profundos sentimientos, buenos o no tan buenos, sanos o no tanto, amplios o no tan amplios, pero, en definitiva, vida interior. Ésa que tanto reparo nos da liberar, compartir con nuestros padres, hermanos, pareja, amigos y ¿por qué no? con esa gente que te escucha y no pide nada a cambio, y bueno, si lo pide y podemos dárselo, pués ¿por qué no?

No hay comentarios: