martes, 18 de agosto de 2009

El Perro del hortelano

Ya se lo decía aquella ancianita al latazo de su nieto: "gañán, eres como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". A ver si de una vez por todas dejamos de ser el perro del hortelano y vivimos nuestra propia vida, dejando vivir la suya a los demás, aprendiendo a pensar por nosotros mismos, sin dejarnos influenciar por los medios, la publicidad, el gobierno y por la que tanto nos ha coartado, la religión.