martes, 30 de julio de 2013

El Pintalabios

El año que viene, también conocido como el 2014, podremos disfrutar en Sevilla de la esbelta y, a la vez, controvertida Torre Cajasol (Torre Pelli para los amigos). Nacido en plena crisis y peleado a muerte con todos los que defienden la actual condición de patrimonio de la humanidad que la Unesco concedió, en su día, a varios monumentos de la ciudad (Catedral, Giralda, Reales Alcázares y Archivo de Indias), este "pedazo de tocho" de más de 180m de alto pasará a formar parte, junto con otros tantos, de la ajetreada lista de despropósitos que, con la excusa del crecimiento (más bien, insostenible), se han llevado y se llevarán a cabo para el único enriquecimiento/beneficio de unos pocos, mientras el resto las "pasa canutas" para  llegar a fin de mes. Cada día que pasa y nos acercamos más a la finalización de las obras, me pregunto, viéndola ya casi terminada, si realmente hemos iniciado firmemente, como aseguran algunos optimistas con  muy buena fe, la importante tarea de reconversión que necesita nuestra sociedad o, en cambio, los pequeños movimientos en pro de un mundo mejor y más solidario se verán, una vez más, abocados al fracaso, sepultados bajo una mole de 40 plantas sobre rasante.