
Ya se lo decía aquella ancianita al latazo de su nieto: "gañán, eres como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer". A ver si de una vez por todas dejamos de ser el perro del hortelano y vivimos nuestra propia vida, dejando vivir la suya a los demás, aprendiendo a pensar por nosotros mismos, sin dejarnos influenciar por los medios, la publicidad, el gobierno y por la que tanto nos ha coartado, la religión.
3 comentarios:
Estoy completmente de acuerdo.
De eso nada!Yo no quiero respirar el humo del tabaco de nadie!
Bromas aparte veo tu punto de vista, pero para ello se necesitaría personas como tú y como yo...(buenas, simpáticas, respetuosas, bromistas...:-))
vi que ayer estabas dibujando....y hoy ..esperaba el resultado !! es una buena actitud....la de dejar vivir :)
Genial, como siempre!!
besos
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